Pasta alquímica exorcística
de enorme poder convocatorio. Es lo
superlativo en elementos exorcísticos
de expulsión de criaturas o seres de
bajísima vibración de los planos
inferiores de existencia. Engendros
tales como brujas, basiliscos, arpías,
demonios y otros cientos de seres
peligrosísimos son destruidos o
expulsados por el accionar de esta pasta
refinada elaborada según hermética de
San Benito.
Para ser utilizada siempre que la
cuestión no pueda ser solucionada con
otros Alquimicos de nuestra línea exorcística,
en casos extremos o urgentes, o cuando
se trata lisa y llanamente de un
exorcismo localizado o un lugar
infectado por fuertes entidades de los
abismos.
Todos estos seres no pueden resistir
el accionar de este maravilloso elemento
de nuestro Laboratorio y trataran de
huir de inmediato del lugar; los pocos
que logran hacerlo, nunca se atreven a
regresar, pero la inmensa mayoría de
ellos no pueden siquiera intentar
escapar, pues el accionar de este
elemento en un principio los paraliza,
anulándolos, y seguidamente los
envuelve en Fuego de la Trinidad, el
Fuego de Dios que todo lo consume y
purifica.
Utilizada por un Operador avezado en
el campo espiritual, tiene múltiples
formas de activación que varían según
el tipo de criatura que se busque
expulsar o eliminar. Por ello, es muy
aconsejable realizar un estudio o testeo
previo del caso a fin de ajustar la
operatoria al caso puntual, aunque si el
caso es de extrema urgencia, el Cielo
sabe como dirigir el accionar de esta
Pasta maravillosa.
Imprescindible para todo Operador en
el campo de la espiritualidad y
cualquier persona que, por seguir un
camino espiritual, es especialmente
susceptible a recibir ataques de otros
operadores contrarios. Lógicamente,
nada la afecta ni la contamina, y no
importa de quien se trate, no puede ser
detectada por ningún método de
mancias, síquico o adivinatorio.
Una
maravilla de nuestro Laboratorio, una
inspiración de San Benito
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